lunes, 14 de enero de 2013

Imagina...

Imagina...: Imagínate por un momento que en realidad no estás delante de un ordenador, sino que estás delante un retrete, imagínate que ese retrete no es blanco sino que es verde, y además fosforito. Imagínate que ese retrete, de repente se tira de la cadena como por arte de magia  y dice de forma clara ¡yo soy tu padre!

No pares de leer porque de esto depende tu vida...
Tampoco mires atrás porque puedes tener un umpalumpa justo detrás de ti.

Ahora imagínate que ese umpalumpa que tienes detrás, te dice que le sigas, entonces le haces caso y te lleva a la calle. Abre la alcantarilla que hay enfrente de tu casa y te metes por ella con él.

Para tu sorpresa te encuentras en la fábrica de chocolate de Charlie. Todo es como te lo imaginabas, todo es comestible y tiene una pinta riquísima  Comienzas a probar de todo, no puedes parar, todo esta riquísimo.  Entonces  te acuerdas del umpalumpa y miras para ver dónde está, pero ya se ha ido. Buscas el modo de salir porque tienes que estudiar el examen que tienes para mañana.

Miras para abajo y te encuentras a una jirafa con patas de elefante y cabeza de ornitorrinco en miniatura.
Él te dice ¡yo no soy tu padre! ¡pero te puedo ayudar a encontrar el camino de vuelta!

Entonces le sigues y empieza a correr cada vez más y más rápido, conforme va a avanzando se va haciendo más y más grande hasta que se convierte en un leopardo, y ya es imposible seguirle.

Te paras y miras a tu alrededor. Estabas tan concentrado en el leopardo que no te habías dado cuenta de dónde estabas. ¡Estás en un cuarto lleno de galletas oreo! Comienzas a comer como si de eso dependiera tu vida, sabes perfectamente que no vas a volver a ese sitio jamás.

Entonces miras para arriba y te caes y te encuentras tumbado en tu cama, miras el reloj y son las tres de la mañana.

¿¡Habéis visto lo que habéis hecho!?
¡Acabáis de transformar un ordenador en un retrete!
¡Acabáis de hablar con un umpalumpa!
¡Acabáis de estar en la fábrica de chocolate de Charlie!

La verdad, es que no nos damos cuenta de las cosas tan grandiosas que podemos hacer con nuestras mentes.
Es impresionante....

Juan S.


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